Durante los años de
formación
en coaching, la palabra
“Arte”
siempre ha aparecido de una manera sutil en todos los cursos, como parte de la explicación
de que el
Coaching es un Arte, con el
tiempo y la experiencia en mis procesos he comprobado la importancia de la
misma, el arte de preguntar, acompasar, empatizar, empoderar al
coachee, trabajar los tres subdominios; el lenguaje, la emoción, la
corporalidad. Ese Arte para combinar y trabajar todos esos aspectos con los clientes,
es efectivamente
Coaching, y la
habilidad que el
Coach tenga para ese
Arte será lo que determine el aprendizaje y la productividad del proceso para
el cliente.
Leonardo Wolk lo define así en su libro “El arte de soplar
las brasas”
“Una de mis primeras interrogantes como
Coach es preguntarles cómo se veían en
su inicios profesionales, qué sueños tenían. Muchas veces observo como un fuego
Sagrado, ojos que se iluminan como brasas de ilusión. Y pienso: ¡eso no se
perdió!, ¡está casi apagado…, pero está! El conocimiento, la pasión aún
perduran. Se trata entonces de recordar; por ello, en una primera definición
poética y espiritual, defino al
coach
como un soplador de brasas. Como un socio
facilitador
del aprendizaje, que acompaña al otro en una búsqueda de su capacidad de
aprender para generar nuevas respuestas a situaciones que enfrenta en los
diversos ámbitos de su vida”.
En
Artcoaching
consideramos que este arte de soplar las brasas debe estar permanentemente en
nuestros procesos ejecutivos, organizativos, educativos; es por ello que nos
gustaría que este blog fuese el punto de partida que nos permita ir desarrollando
ese arte, poco a poco, un espacio de reflexión para todos, para que lentamente
soplando las brasas consigamos que el fuego interior nos permita encender de
nuevo la pasión, la ilusión en nuestra vida y nuestra profesión.
Bienvenidos a nuestro blog.